La tarqa está construida en una madera llamada Largo y dividida en tres medidas, el licu o tayca, que es el más largo o grande, la mala o malta es de un tamaño mediano; el ch’ili es el más pequeño; los instrumentos de percusión son el bombo y las tamboras.
Los comunarios empiezan a tocar la tarqa desde el 2 de noviembre, después de rendir homenaje a los difuntos y antepasados en lo que se denomina desenterrar la tarqa, esta ceremonia termina en tiempo de la cosecha.
La tarqa es un instrumento cuyas melodías son recibidas de la naturaleza para pedir clemencia frente a las sequías, las inundaciones o cualquier otro fenómeno climático que afecte a los sembradíos. Es con este instrumento que festejan la Anata o la diversión de la promesa de una buena cosecha que se anuncia por la floración de la papa.
La tarqa se toca en la celebración del Marka Qullu, para pedir a la naturaleza, lluvia frente a las sequía o cualquier otro fenómeno climático que afecta a los sembradíos, también en ocasión de la investidura de las autoridades, así como en la entrega del bastón de mando al jilakata, reconociendo los méritos del ciclo de mando que termina.
Se interpreta del mismo modo en Navidad, Año Nuevo, fiestas familiares, el Día de Comadres y Compadres, llegando de esta manera a la fiesta de la Candelaria, el 2 de febrero.
El día de Carnaval, después de pijchar coca y ch’allar con alcohol las casas, los sembradíos y los animales, continúa la fiesta con la participación de todas las comunidades y ayllus. Los danzantes y músicos al son de las tarqas acompañan a los pasantes con el grupo de hombres y mujeres pasando los días de la fiesta de Tentación y la Cacharpaya (despedida).
La música e indumentaria corresponde a la que existe en el Occidente del departamento de Oruro.
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