Según las creencias, las velas o cirios se quedan en el Santuario, pero algunos danzantes se las llevan para tenerlas en sus domicilios como un signo de bendición para utilizarlas en algún momento especial o cuando se tenga que pedir un milagro a la Mamita del Socavón.
Ante la conclusión de la fiesta devocional, los danzarines de los conjuntos folklóricos realizan demostraciones coreográficas en la Plaza de Armas o en la misma Avenida Cívica "Sanjinez Vincentti".
Otro aspecto característico de este día es el relato del diablo que es la representación teatralizada de la lucha del bien personificado por el Ángel Miguel y del mal representado por los siete pecados capitales que son parte de la diablada.
Al concluir la demostración, los danzarines suben bailando al Santuario para despedirse de la Virgen del Socavón.

No hay comentarios:
Publicar un comentario