La especialidad de danza del tinku, en quechua "encuentro", proviene del ritual de origen prehispánico, practicado por comunidades del Norte de Potosí y el Sur de Oruro, que consiste en una pelea ritual. La danza como tal, llena de fuerza, colorido y naturaleza, tiene sus orígenes al inicio de la década del 80 del pasado siglo.
Según el estudio de Arturo Herrera, miembro del Comité de Etnografía y Folklore de Oruro, la indumentaria del tinku del Carnaval de Oruro, ha sido parte de la influencia de los años 70 cuando habían festivales musicales en Radio Bolivia, del programa Domingo Campesino que convocaba a todos los artistas, por lo que los comunarios del Norte de Potosí y Sureste de Oruro llegaban a la ciudad.
Es de ahí que los participantes del Carnaval asimilaron el atuendo haciendo una copia que no fue la original, pues la hicieron sólo de lo que vieron.
Pero el traje, no era estético, pues para algunos eran anchos, para otros ajustados. Por lo que, después de la fundación de los conjuntos del tinku como los Tolkas, los Jairas y los Huajchas, los mismos danzarines van analizando y hacen estudios, para recuperar la esencia del tinku.
Una manera de rescate es promovida en las entradas universitarias cuyos integrantes buscan a los residentes y éstos en común acuerdo rescatan la indumentaria genuina.
En la cabeza, el hombre lleva la montera hecha de cuero curtido y en la parte superior llevan plumas de cóndor o de avestruz y picaflor, colores llamativos, chillones, las costuras de la montera están revestidas con el chumpi, que es una faja tejida a colores. Luego viene la chaqueta, ajustada al cuerpo.
Los colores llamativos son predominantes, con bordados en las mangas y en las solapas, que imitan a los tonos de las aves con preferencia al picaflor o colibrí. Por otro lado destacan los espejos, adornos que solo utilizan los solteros para el coqueteo.
Antes se usaban botines, que se implantaron porque muchos comunarios iban a las minas a trabajar y allí usaban esa clase de zapatos que tenían punta de metal y en la planta chinches, pero luego se volvió a las abarcas u ojotas.
Las mujeres usan sombrero de lana de oveja, toquilla y las plumas de adorno, además tienen cintas de colores, llevan la almilla o vestido plisado que tiene colores llamativos, vivos y las abarcas.
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