La Fraternidad La Diablada, a lo largo de los 69 años de vida, gracias a la participación activa de sus socios danzantes, introdujo en la vestimenta los tres pañuelos, uno central y dos laterales, las máscaras de tamaño grande con ojos saltones y dragones de tres cabezas, un traje de ensayo vistoso con gorra de color rojo, un pañuelo de colores en el cuello, guayabera blanca, pantalones negros, calcetines blancos y mocasines de color negro, pañuelo de mano de color amarillo para los centrales, de color verde para la fila de diablos de la izquierda y color rojo para los diablos de la fila derecha, pañuelos rojo, amarillo y verde para el ángel.
En el campo devocional, la formación de la cofradía de la Virgen del Socavón, que organizaban las comuniones de los fraternos, el preparado del altar en las veladas a la Virgencita Morena de la institución, rezos y novenas, la reactivación de la Festividad de la Virgen de la Candelaria que tuvo como principales actores a los Siervos de María, custodios del Templo del Socavón.
El presidente de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, Enrique Jiménez Cladera, dijo que "el Directorio en pleno rinde su homenaje de respeto y admiración a los fundadores de nuestra institución, honor y gloria a quienes nos legaron una institución defensora de nuestro folklore y el Carnaval de Oruro en particular, y a vosotros danzarines infatigables de nuestra institución reclamarles la permanente convivencia fraterna para mantener por siempre nuestra institución en la cúspide, sacrificio imperecedero de todos nosotros".
En el ámbito cultural y devocional fue la Fraternidad La Diablada que contó con guías y cicerones de la institución, realizó las primeras veladas culturales y proclamación de su compañera predilecta, estos eventos se realizaba en diferentes teatros de nuestra ciudad, la puesta en escena del relato (lucha del bien y del mal) y muchas otras actividades.
El 25 de febrero de 1944, nace la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada de Oruro, año en que comienzan las más grandes transformaciones en el contexto del Carnaval de Oruro; es el despertar y el apego a nuestro folklore, de la clase media que, antes de este hecho no participaba en esta actividad, hoy por hoy conocido en el mundo entero como la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
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