sábado, 9 de febrero de 2013

Imponente homenaje a la Virgen del Socavón

Erigido en una de las serranías guardianas de Oruro, como es la cima del cerro Santa Bárbara, con una altura de 3.850 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m), situado en la zona Oeste de la ciudad, está el imponente monumento escultórico construido en homenaje a la Virgen del Socavón, divinidad religiosa en torno a quien, año tras año, se desarrolla el Carnaval de Oruro, reconocido el 2001 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), título recientemente fortalecido por la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que reconoce a ésta fiesta devocional y folklórica como Patrimonio Inmaterial de la Comunidad Andina.

La idea de homenajear a la Virgen del Socavón, con la construcción de un monumento, surgió el año 2007, según el exalcalde Edgar Bazán Ortega, a iniciativa de un Comité Impulsor, así como representantes de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve) que con incesante actividad consiguieron que la obra avance.

La construcción se inició en diciembre de 2009 y avanzó por etapas a cargo del consorcio integrado por Caabol SRL y Navla Ltda., además de la empresa escultórica "Formas 21". Demandó una inversión de 8.700.000 bolivianos financiados en su totalidad por el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro, aunque inicialmente se había acordado un cofinanciamiento entre la Alcaldía 80 % y la ex Prefectura 20 % (gestión Alberto Aguilar).

Una vez que asumió funciones la alcaldesa Rossío Pimentel Flores, dio continuidad al proyecto, que poco a poco y en medio de la expectativa ciudadana fue tomando cuerpo, siendo el ensamblaje de la cabeza, la corona y la imagen del Niño Jesús, los momentos que exaltaron más los ánimos de la población.

ANÓNIMOS

Fueron algo más de 110 hombres y mujeres, entre obreros, obreras, profesionales y artistas que desde el anonimato trabajaron para dar forma a la imponente imagen, catalogada entre las de mayor altura, por lo menos en Sudamérica, en relación a las figuras escultóricas como el Cristo del Corcovado del Río de Janeiro en Brasil que tiene una altura de 38 metros, situado en la cima del cerro del Corcovado a una altitud de 709 m.s.n.m. y, el Cristo de la Concordia de Cochabamba con una altura total de de 40.44 metros que fue erigido en la cima del cerro San Pedro a una altitud de 2.835 m.s.n.m.

El trabajo fue comandando por Mauricio Aramayo, Jaime del Castillo y Milton Dávila, del consorcio de constructoras y el detalle escultórico es responsabilidad de "Formas 21", en que la creatividad y el detalle estaban en manos de Rolando Emilio Rocha Medrano con el apoyo Víctor Javier Ocaña Uzares y Radharani Navas Condorcett.

Milton Dávila explicó que el trabajo comenzó abriendo vías de acceso hasta la cima del cerro, el año 2010. "En mayo de 2010, ya estábamos acá con la retroexcavadora y la volqueta. Esto era un chinchóncito, no había espacio para emplazar la obra, nos ha obligado a hacer un corte, paralelamente hemos hecho lo ensayos técnicos para verificar que no hayan huecos en el cerro y nos fue bien, con buenos resultados es una superficie sólida", narró.

Entretanto, se realizaban estas pruebas, el artista Rolando Rocha, en la laboriosidad de su taller trabajó en transportar la imagen bidimensional (lienzo del Santuario de la Virgen del Socavón) a una escultura tridimensional, que luego se convirtió en el modelo del monumento, con apoyo y orientación de los religiosos de los Siervos de María, custodios del Santuario de la Virgen del Socavón.

El equipo de "Formas 21" trabajó cuatro maquetas, una de 1 metro de altura que fue segmentada, en una especie de niveles; otra de 1,5 metros sólo de arcilla y, dos gemelas de 3 metros de altura, que para anunciar la construcción del monumento fueron presentadas durante los carnavales 2011 y 2012.



INTERIOR

Este impresionante monumento tiene un peso de 1.500 toneladas de estructura metálica, hormigón y ferrocemento. Su altura es de 45,4 metros, de los cuales 8,60 están destinados a la base, en la que funcionarán la capilla, con capacidad para 80 personas, diseñada por el arquitecto Gustavo Tórrez y un piso arriba la cafetería; los otros pisos serán destinados a salas de exposición y espacios para la venta de artesanías.

Los visitantes podrán ingresar hasta el sexto nivel, luego existen escaleras de caracol y sólo accederá personal autorizado para realizar tareas de mantenimiento.

Con sus 45,4 metros el monumento puede ser comparado con un edificio de 14 pisos, en el área del manto de la Virgen hay 140 estrellas que a la vez son ventanas por donde se pueden apreciar varias zonas de la ciudad.

La corona de la Virgen fue labrada en placas de aluminio, una estructura interior de fierro reticulado para mayor resistencia a la corrosión, pesa 500 kilos, tiene una altura de 4,80 metros con un diámetro de 4 metros, lleva incrustaciones de cristal, fabricadas en resina, para obtener una réplica adecuada a las de la imagen que se encuentra en el Santuario. Lleva en la cúspide un pararrayos e iluminación de seguridad, para ser divisada desde los aviones o helicópteros.

El cañón de luz iluminará toda la corona. A futuro se iluminará la candela que lleva la imagen, así como las estrellas.

El diseño escultórico consumió 47 %, equivalentes a 3.600.000 bolivianos del presupuesto total; se utilizó resina poliéster con protección ante los rayos ultravioleta y fibra de vidrio, tanto en la cabeza de la Virgen como el Niño Jesús que lleva en brazos. El cuerpo es de ferrocemento con una estructura metálica interior.



ACCESO

Los vehículos pueden transitar por la Avenida de las Américas y tomar el desvío que conduce hasta el monumento, en un viaje que no dura más de 15 minutos. También se puede ir a pie, siendo la calle Linares, en caminata hacia el Sur, la vía más directa, implicando un paseo de 20 a 30 minutos.












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