Aunque nada está escrito sobre los orígenes de la kullawada, una especialidad de las 18 que participan en el majestuoso Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, varias personas señalan que la misma se caracteriza, especialmente, por sus dos personajes, el "waphuri y la awila".
La kullawada representa a los hilanderos, un grupo social de artesanos del Kollasuyo, que manejan la rueca como símbolo de su labor y que siempre ornamentaron su ropa con platería, ya que eran artesanos y fabricaban sus atuendos para distinguirse del resto de la población.
Según el expresidente de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO), Ascanio Nava Rodríguez, en su libro Referencias sobre el Carnaval de Oruro, "el waphuri o guía-maestro utiliza un traje ostentoso, lleva una rueca grande y sobresale la nariz descomunal y verrugosa". Este personaje representa al maestro y guía de los hilanderos, quien es acompañado de la "awila", otro personaje que carga una muñeca de trapo, figura que solo puede ser interpretada por un varón, vestido de mujer, no por representar la homosexualidad, sino por ser un personaje burlesco y jocoso.
Esta danza, que en la actualidad es practicada en su mayoría por jóvenes y señoritas, es ícono de los tejedores, personajes que ostentaban sus riquezas en base a sus textiles, con monedas de plata expuestas en la faja del hombre y en la pollera de la mujer, con ornamentaciones de diverso colorido.
Cuenta Javier Carvallo Contreras, investigador y danzarín de la kullawada, que en base a fotografías antiguas, se presume que esta danza en Oruro, haya nacido en una fiesta patronal del municipio de Toledo, por las características de la fotografía, en la que se aprecia una botella de cerveza de color verde, que hace 60 años aproximadamente, era comercializada por esos lugares, además de distinguirse las características de las viviendas que aparecen en la imagen. Aunque este aspecto no fue confirmado.
En el Carnaval de Oruro, las mujeres que bailan kullawada, llevan bolsas decoradas, las que aparentemente contienen dinero seleccionado, además de sandalias o calzados de tacón plano, enaguas, una pollera con monedas y en el pecho un corazón que caracteriza la danza como la del enamoramiento. En la espalda llevan una manta adornada, que en la actualidad es elaborada con hilo milán o material moderno también representativo de sus riquezas. En la cabeza llevan un sombrero y en la mano una rueca aunque anteriormente la mujer utilizaba un pequeño thari, que es un aguayo en el que llevaba comida o coca.
El varón debe bailar con sandalias, polq’os, y no con calzados, además de un pantalón confeccionado de bayetilla de la tierra, con iconografías de la época aymara del Kollasuyo, representaciones tiahuanacotas, como el sol, la cruz andina o chacana, además de una faja con muchas monedas, una blusa o camisa del mismo material con iconografías y en la cabeza un sombrero con flequillos de perlas de fantasía, además de la rueca.
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