Los pasantes o prestes, son los responsables de la atención y festejo en honor del santo o santa por la que se celebra una festividad religiosa, como el caso de la Entrada de Peregrinación en devoción a la Virgen del Socavón.
Actualmente en muchos conjuntos no se cumple esta costumbre puesto que con los años y el incremento de danzarines se hace difícil encontrar a una pareja de esposos que pueda solventar la atención de tanta gente, ya que en muchos conjuntos sobrepasan las 500 personas.
Antes, los conjuntos nombraban pasantes a matrimonios que tenían la oportunidad de organizar los actos religiosos en devoción a la Virgen del Socavón, patrona de los folkloristas.
La designación o elección de los pasantes se realiza el Lunes de Carnaval, entregando a la pareja la imagen de la Virgen a la mujer y el estandarte del conjunto al varón, quienes además de organizar los actos religiosos, deben preparar la atención a los componentes de cada conjunto.
En muchos casos este acto ya no se cumple debido a que en algunos conjuntos se decidió realizar los preparativos religiosos y la atención a los socios a través de grupos o bloques de la misma especialidad.
Según la investigación de algunos historiadores, hace mucho tiempo los pasantes realizaban el rodeo que consistía en repartir panecillos, vino y algún plato, para solicitar ayuda para la atención de los socios e invitados especiales del Lunes de Carnaval.
Otra característica importante de los pasantes, que todavía se mantiene en alguna medida, es la presentación de los arcos y cargamentos con platería para lo que piden la colaboración de algunas personas a quienes se brinda una atención especial.
A la entrada de la casa de fiesta, se instalan arcos de plata labrada y los prestes bailan una cueca con la pareja que presenta el ornamento; los colaboradores, en la antigüedad, ofrecían un plato de suculenta comida, aunque antes ofrecían un plato denominado "mesa de once" que contenía masitas, las que en la actualidad fueron cambiadas por bebidas espirituosas.
Hace algunos años, un día antes de la fiesta, los pasantes e invitados especiales acompañados de una banda de música realizaban la visita al templo en un acto denominado "entrada de ceras", llevando cirios que deberían estar encendidos desde esa noche y mientras duraba la fiesta.
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