viernes, 13 de septiembre de 2013

RECONOCEN QUE LA DIABLADA DE ORURO ES LA MÁS IMPORTANTE DEL CONTINENTE

A tiempo de reconocer que la diablada más famosa e importante de Sudamérica es la de Oruro, Ecuador ha convocado a los diablos danzantes de Suramérica a un encuentro con el que quiere fortalecer la integración cultural de la región y recuperar el acervo de un personaje que nutre las fiestas de varias comunidades indígenas.

Se trata del I Encuentro Latinoamericano de Diabladas, festejos coloridos que celebran grupos nativos de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela.

La gobernadora de la provincia de Tungurahua, en el centro andino de Ecuador, Lira Villalba, se ha puesto como meta llevar a su pueblo natal, Píllaro, a las diabladas de los otros países para un gran encuentro donde se escriba la historia de esta tradición.

De pequeña, cuenta, participó en la Diablada Pillareña como danzarina y luego pudo conocer de cerca celebraciones similares en Perú, Argentina, Bolivia y Venezuela.

Desde entonces se propuso impulsar una reunión de los diablos danzantes de toda la región en su tierra, dónde cada enero se festeja la Diablada en los días de los Santos Inocentes.

Villalba está empeñada en que el encuentro se realice en enero y ya ha recorrido las embajadas de los otros países para promover su proyecto.

De momento, la respuesta ha sido satisfactoria, señaló a Efe la gobernadora que espera reunir el 4 de enero próximo a las diabladas de toda Suramérica, aunque aún debe sortear algunas dificultades como el traslado de ciertas delegaciones, como la de Bolivia, donde el transporte por carretera tarda unos cuatro días.

Además, la cercanía de la fecha propuesta a las celebraciones del año nuevo podría incidir en el itinerario de los grupos, aunque Villalba considera que es posible cumplir con la fecha y superar los problemas que se presenten.

Con un presupuesto de 100.000 dólares, la gobernadora asegura que podrá contar con las representaciones de siete países sudamericanos y no descarta dialogar con embajadas de otros, como México y Guatemala, donde también hay celebraciones relacionadas con la imagen del diablo.

Villalba reconoce que la diablada más famosa es la de la ciudad boliviana de Oruro, y que son importantes las de Iquique (Chile), Yare (Venezuela) y Puno (Perú), aunque asegura que cada representación tiene su propia identidad.

El nombre de la celebración se debe a las caretas que llevan los danzantes principales, en forma de diablo, con cuernos y que, según el lugar, representa tradiciones propias.

La Diablada de Píllaro, por ejemplo, tiene al menos dos historias, la primera ligada a una pugna entre jóvenes de barrios distintos de la localidad, y la otra como un instrumento de resistencia ante la colonización española.

Las caretas -algunas pueden llegar a pesar hasta 80 libras- son elaboradas de cartón, madera y con cuernos de ovinos o bovinos, finamente decorados con colores en los que predominan el negro y rojo.

Los danzantes, ataviados con capas rojas y negras, largas y delgadas, bailan sin parar y, de vez en cuando, emiten sonidos guturales, lo que atemoriza a los visitantes que luego, incluso, se adentran en el festejo.



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