Los 80 artesanos afiliados a la Asociación de Bordadores de la calle La Paz dan las últimas puntadas a los trajes de morenos, diablos, tobas, tinkus, caporales, llameros, entre otros, que se verán el sábado en la peregrinación al santuario del Socavón.
La presidenta de esa organización, Ana María Zuna Flores, dijo que el trabajo en talleres para el bordado de trajes es intenso, ya que algunos son de estreno y otros son reparados —se les cambia el color o se modifica algún otro detalle—. “El cliente es el que decide si su traje va a ser de estreno o usará el del año pasado, pero cambiando algunos detalles”.
Prudencio Flores Aguilar (65), uno de los más antiguos bordadores, cuyos ancestros le dejaron como herencia el oficio de artesano, contó a La Razón que desde octubre de 2013 se empezó a bordar trajes para la morenada Central Cocanis y Mejillones. “Estamos en los últimos retoques de los trajes que serán estrenados y se lucirán en la entrada”. Se elaboran de cartón prensado, plástico y tela. Se los borda con hilos Milán, importados del Japón, y se decoran con lentejuelas y perlas.
“El precio del alquiler es más o menos Bs 500, 800, 1.000 y 1.500, pero si el cliente quiere traje propio, el costo es de 3.500. Este año van a llegar ocho compatriotas de Virginia (EEUU), para ellos ya tengo listos los trajes en alquiler”. Flores señaló que desde hace más de tres años también lleva trajes de morenos para residentes bolivianos que viven en Chile, Brasil, Perú y Argentina.
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