Las danzas de la diablada y la morenada nacieron en Oruro, primero como teatro, con los “siete pecados capitales” y “la pisa de la uva”, después, se incorpora la música, como una creación propia, para que los diablos y morenos puedan bailar en las calles, tal como se conoce hoy como el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
La conclusión fue emitida el jueves pasado, durante el ciclo de conferencias sobre el Carnaval de Oruro, que con auspicio del Sindicato de Trabajadores de la Prensa, se realiza en esta capital, a escasos días de la realización de la Entrada de Peregrinación de más de 30.000 danzarines.
“En Oruro, no había danza de la diablada, sino diablos que saltaban y brincaban por diferentes lugares, como parte del teatro, con la participación de los siete pecados capitales. Después de la teatralización, los diablos debían trasladarse a su sede y prefirieron ir bailando. Ahí nace la música y la danza de la diablada, como género musical”, explicó Jesús Elías, experto en música y abogado y miembro del Comité de Etnografía y Folklore.
El periodista Fabrizio Cazorla Murillo mostró fotografías antiquísimas que datan de 1820 y 1845, sobre la forma en que se organizaban los diablos y hacían la teatralización en la explanada del Santuario de la Virgen del Socavón. Años después, se advierte la danza en las calles, con la presencia de algunos pepinos que, al final, se perdieron.
La diablada -según las fotografías-, ingresaba a la plaza 10 de Febrero, sin problema alguno y hacían sus demostraciones en la plaza del Socavón y después en la avenida Cívica.
“Hemos encontrado fotografías antiguas de publicaciones de 1903, donde los diablos están bailando en la plaza 10 de Febrero. Igual ocurre con la morenada, donde se puede advertir un estandarte que data de mucho antes que aparezca la Morenada Norte, la más antigua que actualmente tenemos como registro en el Carnaval de Oruro. Lamentablemente, no había registro de aquella época, pero el estandarte dice 1903 y no 1913”, explicó Cazorla.
El presidente del Comité de Etnografía y Folklore, Maurice Cazorla, durante su exposición, explicó que durante los anteriores años, se ha logrado captar imágenes de figuras de diferentes conjuntos folklóricos, donde, generalmente en los grupos de danza del interior del país, se desvirtúa la esencia del Carnaval de Oruro, con la aparición de figuras de morenos con capas, diablos con capas, incluso caporales sin sombrero ni látigo.
“Para qué sirve un diablo, sin careta. No es diablo. No se puede concebir un moreno, sin careta o un tinku sin chaqueta y sin montera o un caporal sin sombrero y sin látigo. El Carnaval de Oruro, durante el sábado, es de peregrinación y no es para lucirse. El domingo de carnaval, pueden entrar sin careta, si quieren y ahí pueden lucirse y mostrarse, pero durante la peregrinación, es una obligación bailar con careta y con la vestimenta típica”, explicó Cazorla.
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