Con la añoranza del recuerdo de su tierra natal miembros de la comunidad boliviana en Sao Paulo – Brasil, encontraron en el folklore, específicamente en la manifestación de la diablada, la opción para decir Bolivia está presente y ésta es su riqueza cultural.
Los residentes orureños en Sao Paulo, son protagonistas de esta presentación que año tras año concita más la atención de otras personas que atraídos por el ritmo, la majestuosidad de los trajes y las caretas, se incorporan a lo que hoy se conoce como la Fraternidad "10 de Febrero" La Diablada.
Información proporcionada a través de Félix Guillén, un orureño radicado en la ciudad paulista, detalla que dicha fraternidad se fundó el 1 de mayo del 2007 a iniciativa de los residentes orureños "con el propósito de divulgar, mantener, la vestimenta y los pasos de acuerdo al estilo original de nuestro Oruro. La idea fue concebida en la época de los Ángeles del Infierno, como nombre de nuestra Institución y por votación se llegó a un acuerdo al actual de Fraternidad "10 de Febrero" Diablada", revela el documento.
El esfuerzo inicial fue realizado por la familia Choquecallata durante los tres primeros años y éste respaldo fue primordial, ya que fueron ganadores entre otras danzas, del festival folklórico anual realizado en Brasil en conmemoración de las fiestas patrias. Se trata de una tradicional entrada en el Memorial de América Latina ( Barra Funda).
El 2001 en las fechas carnavaleras la Fraternidad "10 de Febrero" representó la danza de los negritos y también se hizo ganadora en esa oportunidad. Guillén aseguró que el grupo "Los Llajuas" de Oruro dedicó una pieza musical a la Fraternidad "10 de Febrero" La Diablada, constituyéndose ahora esa canción en prácticamente el himno institucional.
"En nuestra fraternidad encontramos personas de todos los lugares de Bolivia y también contamos con mucho orgullo con la participación de algunos brasileños", aseguró.
La razón de existir de este grupo será siempre hacer folklore sanamente ya que inclusive los ensayos lo realizamos en una plaza, todos los domingos, desde la primera semana de mayo, donde muchas veces se encuentra reunida toda la familia, narró el entusiasta orureño.
Su participación en el Brasil llama la atención, cuando diablos, luciferes, diablesas y chinas, se desplazan por las calles y plazas paulistas, donde marcan presencia al ritmo imponente de la diablada. Su compromiso es fortalecer la institución y convertirse en difusores y defensores del Carnaval de Oruro que con mérito propio ostenta el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, otorgado por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
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