En el Santuario de Nuestra Señora del Socavón, después de una solemne misa, se cumplió el descubrimiento y bendición de una plaqueta conmemorativa, que se emplazó dentro el templo en homenaje a Luis "El K’qwicha" Viscarra, por el enorme legado que dejó a la Fraternidad Artística y Cultural "La Diablada", por ende al Carnaval de Oruro.
La misa fue oficiada por fray Jairo de Jesús Salazar, que delante de los hijos del K’qwicha, reconoció la contribución de varios personajes que engrandecieron la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, impulsado por la devoción a la Virgen del Socavón.
Denominado como el "Primer diablo de Bolivia" o "El K’qwicha", Luis Viscarra, fue y es considerado hasta la actualidad como el mejor diablo de la Fraternidad, por el compromiso que demostró dentro la entidad folklórica, como danzarín y dirigente.
La plaqueta lleva el rotulo de "Rogamos a la virgen del Socavón, proteger siempre con su sagrado manto al K’qwicha Viscarra, primer diablo de Bolivia. Tus hijos Gonzalo Alberto, Luis Germán, Fernando Óscar y Javier Carlos", que recibió la bendición de Salazar.
Ingresó a la Fraternidad en 1946, destacándose por su fabulosa calidad de danza, además de su don de líder, por lo que en 1949 asciende de la tropa a guía de la fila verde, puesto que ocupó hasta 1956, para retirarse de la danza dos años después, no sin antes ser presidente de su amada institución en dos oportunidades.
Entre sus principales legados, es haber sido el precursor de la uniformidad de la danza en la diablada, junto con otros danzarines, porque antes era una expresión individual, es decir, cada quien danzaba por diferentes partes de las calles, sin obedecer ninguna orden, para luego convertirse en una expresión de características armónicas, prolijas e igualando el paso con tres tiempos a izquierda y derecha.
Junto a Pánfilo Flores, logra cambiar las características de las caretas, transformándolas en una base de las que son utilizadas en la actualidad; además que trabajó con Isauro Romano y Hugo Bustillos, para componer la parodia musical "En las pampas de Oruro", estribillos que hasta hoy son entonados por los miembros de la Fraternidad, convirtiéndose en una especie de himno de tonada popular y pegajosa. Otro de sus logros, es la estilización de la cueca que bailan en las paradas del domingo de Carnaval, resaltando el aspecto varonil y vigoroso del personaje, con pasos firmes pero sin descuidar la armonía y graciosidad del ritmo, remplazando la quimba por un saludo solemne, por el hecho que todos los danzarines de entonces eran hombres.
El K’qwicha, no solo resaltó su liderazgo en la diablada, también lo hizo en su carrera profesional, llegando a ser gerente general del Banco Central de Bolivia (BCB) y subcontralor general de la República de Bolivia.
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