Son obras de arte elaboradas por reconocidos artesanos del Carnaval de Oruro: las máscaras de los diferentes conjuntos. Confieren espectacularidad a la tradicional Entrada de este sábado.
Orlando Blacut Sánchez es uno de los veteranos artesanos que cuenta con un taller propio (Taller de Bordados y Máscaras Folklóricas "Monarca”) en la calle La Paz, de Oruro, desde hace 25 años. Realiza máscaras generalmente en latón y hojalata. A diferencia de otros metales, "es una técnica un poco más fácil de trabajar”, según el creador.
"Es como armar un rompecabezas”. Así describe su trabajo. Cuenta que recibe los moldes en forma de plantillas planas y a partir de ahí va formando poco a poco el rostro que quiere conseguir. "Consiste en unir hasta 50 piezas usando estaño para pegarlas en hojalata”, agrega.
Una vez armadas, el siguiente paso es niquelar en plateado y dorado. Utiliza otros materiales, como fibra de vidrio, para la máscaras de diabladas y morenadas. Cada año presenta novedades. Para este Carnaval hay nueva máscaras de diablos y achachis.
Es el primero de la familia que se dedica a este trabajo, que aprendió de manera artesanal. Hasta ahora le sirve como sustento económico y asegura que de momento "me ha ido bien y nunca me ha faltado trabajo”.
En la calle La Paz, de Oruro, hay varios artesanos que trabajan artesanalmente la confección de máscaras. En el caso de José Ajhuacho Calizaya trabaja con su familia en varios talleres que tienen el nombre de "Oruro”.
Su especialidad son las máscaras de moreno, reyes morenos, bastón de mando, matracas, chicote, pututus y famines. Por lo general utiliza la hojalata, el bronce y niquelado.
En octubre del año pasado comenzó su trabajo en el taller para lograr en tres meses 50 caretas. "Cuando llega el Carnaval ya tengo todo el trabajo terminado, sólo me faltan los pequeños detalles”, asegura el artesano.
Añade que la careta más complicada es la de diablos. Aunque se trata de un producto que casi no vende, "porque los morenos no suelen bailar con caretas de hojalata y prefieren las de yeso”, argumenta.
En cualquier caso respeta los modelos de las caretas tradicionales, puesto que, explica Ajhuacho, "cada morenada tiene su máscara característica y propia que la diferencia”. Por ejemplo, la tradicional morenada de Oruro se identifica por su cara negra, además del casco dorado.
También fabrican los accesorios típicos de las danzas como las arpas, que suele llevar la Morenada del Norte; los carros de la Morenada Mejillones o el quirquinchola que identifica a la Morenada Cocanis.
Cada máscara cuesta alrededor de 200 bolivianos. En este sentido el artesano se queja por la presencia de comerciantes paceños que se trasladan durante la época carnavalera para vender caretas de peor calidad y más baratas. "Son de lata y además las ofrecen con la vestimenta incluida; y eso no es justo para nosotros que trabajamos con esmero cada pieza”, asevera.
Por esta competencia que crece cada año aclara que sus ventas han bajado paulatinamente.
A sus 55 años confiesa: "no disfruto del Carnaval porque, después de tanto trabajo, sólo pienso en descansar”. Los detalles son sumamente morosos.
Según datos recogidos por el MUSEF, la máscara del Diablo, una de las más características, representa al Supay, un personaje mítico prehispánico. Es la "deidad del subsuelo (denominado Manqha Pacha por los aymaras). Con los procesos sociales posteriores y la explotación minera, se transforma en el Tío de la mina, (benefactor de los mineros)”. De esta forma surge la Danza Ritual de la Diablada entre la cosmovisión judeocristiana y las formas andinas de ver el mundo. Se construyen diversos personajes relacionados con seres míticos andinos y con las concepciones católicas del bien y el mal. El diablo es un personaje de tropa que danza junto a otros personajes.
Se difunde en la región minera entre Potosí y Oruro. Actualmente esta máscara se utiliza en la mayoría de las ciudades.
Del Mank’a Pacha
Moreno La máscara del moreno data de mediados siglo XX. Suele estar elaborada con fieltro moldeado con yeso, policromado al aceite. Está compuesta por adornos de fantasía y fibras animales.
Diablo De finales del siglo XX, la careta de Diablo se caracteriza por los ojos saltones, narices exageradamente deformadas y pestañas gigantescas, como elementos comunes
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