Caminando, acongojados y llorando llegaron los danzarines de la Diablada Ferroviaria hasta el atrio del Santuario del Socavón, donde fueron recibidos por el rector del templo, Ricardo Silva, quien pronunció unas palabras expresando el pesar y la solidaridad de los Siervos de María hacia dicho conjunto cuya banda de músicos fue afectada con la caída de una pasarela en la avenida 6 de Agosto.
"Queremos llegar a todos los danzarines de la Diablada Ferroviaria, porque especialmente ellos fueron quienes sufrieron el accidente este día, vamos a encomendar a este conjunto a la Mamita del Socavón, ya que se han preparado durante meses y hoy día de forma muy especial han sido solidarios y han venido caminando hasta el Santuario… quisiéramos agradecer el corazón grande y solidario que tienen todos ustedes y pedir especialmente para que el Señor los bendiga ahora que ustedes están sufriendo", dijo Silva ante los danzarines, quienes portaban velas encendidas.
Silva aclaró que el Santuario permanecería abierto durante toda la noche para quienes quisieran acudir a rendir pleitesía a la Madre de Dios, en su advocación de la Virgen del Socavón.
Asimismo, destacó que la diablada que tenía que llegar danzando lo hizo caminando en señal de respeto y de solidaridad con quienes fallecieron en la tragedia, "se necesita un corazón grande, un corazón realmente de amor, de compañerismo, de esa manera han puesto en práctica aquello que ya habían prometido cuando vinieron el Último Convite de ser siempre solidarios con la fraternidad a la cual pertenecen".
Levantando la vela que tenía en la mano, Silva dijo: "Esta candela representa a la Mamita del Socavón que los recibe igual, aunque ustedes hayan llegado caminando y no danzando", acto seguido convocó a todos a orar por los fallecidos y al unísono todos rezaron el Ave María.
Una vez que los danzarines ingresaron al Santuario de Nuestra Señora del Socavón los recibió el padre Jairo de Jesús Salazar, quien señaló que Dios es el Dios de la vida y que muchas veces los humanos la perdemos por nuestra propia irresponsabilidad, y pidió al Señor para que seamos mejores personas, pidió por los fallecidos y expresó las condolencias a las familias que sufrieron la pérdida de sus seres queridos.
Este marco de tristeza y congoja marcó la llegada de los danzarines de la Diablada Ferroviaria al Santuario del Socavón.
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