Nada emociona más al público que el paso de la Banda Intercontinental Poopó; y es que no se trata de cualquiera, sino de la que tiene la mayor trayectoria en el país.
La agrupación está compuesta por 13 contrabajos, 48 trompetas, 40 bajos, 19 saxofones, clarinetes y flautas, 18 trombones, 13 bombos, 21 tambores, timbales y güiros, y 48 platillos, los que al ritmo de sus instrumentos logran paralizar a su paso a todo el público, haciendo vibrar su instrumentos al ritmo de la música.
Y no solamente su música es lo que atrae sino de todo el espectáculo coreográfico que ofrecen durante su recorrido, dejando a los espectadores satisfechos con su participación.
Cada año la Banda Intercontinental Poopó se organiza de manera tal que durante fragmentos de sus presentaciones en entradas folclóricas, principalmente en el Carnaval de Oruro, montan algunas coreografías.
Es así como doblando la avenida del folklore en Oruro, los sacos rojos, pantalones y zapatos cremas, logran captar la atención, incluso relegando a los propios danzarines.
Paso a paso la tropa de músicos sincroniza cada movimiento; mientras las trompetas suben al cielo, las flautas bajan al suelo y los bombos van turnando su posición de derecha o izquierda.
Como toque especial los platilleros comienzan a hacer girar sus instrumentos musicales al aire, cual platillos chinos, y luego los golpean bajo sus piernas, las cuales van intercalando a cada paso.
Zas zas el estridente encuentro de los platillos retumba en el ambiente, los aplausos y las voces de aliento estremecen la avenida y no es para menos pues se trata de una de las bandas más esperadas de este tipo de manifestaciones populares.
Este año la Banda Intercontinental Poopó celebra los 50 años de su creación; medio siglo de contribución musical para el fortalecimiento de la cultura nacional.
Durante este tiempo de actividad, la banda creció y nunca dejó de participar en el Carnaval de Oruro y, con el transcurrir de los años, se convirtió en una banda espectacular. Su historia no es sencilla de contar, muchas cosas pasaron para que hoy en día los más de 100 integrantes hagan de su participación las delicias del público.
sURGEN LAS PRIMERAS NOTAS
El rol principal de esta historia lo tiene Sinforiano Gonzales Benito, quien comenzó a amar la música en la comunidad de Kalajahuira (Oruro), donde un grupo de media docena de casas de adobe y techo de paja, desordenadas en la suave pendiente que, desde el río, asciende hacia las faldas del cerro Khele Khele, que se encuentra a una legua al este de Villa Poopó, capital de la provincia Poopó en el departamento de Oruro.
Vivían algunas familias dedicadas al cultivo de la papa, la elaboración del chuño y el pastoreo de rebaños de llamas y ovejas, oficio que apenas les generaba para su subsistencia. Allí nacieron Santiago y Sinforiano en el seno de la familia de Esteban Gonzales y Juana Benito.
Ya por los años 40 y 50 un nuevo personaje irrumpe en la localidad, Francisco Mamani, apodado el “Chile”, quien trabajaba como músico en una banda del ejército en Oruro y aprovechaba sus días libres para volver a su terruño a visitar a su familia.
Fue él la primera inspiración para que los hermanos Gonzales se inclinen hacia la interpretación de la trompeta; ya que Mamani les solía prestar su instrumento y además les impartía lecciones básicas.
Con el paso del tiempo Sinforiano Gonzales se convirtió en su yerno al casarse con su joven hija de 17 años, Inés Mamani. Una vez aprendido el arte de la trompeta, Gonzales logró enrolarse a la banda de la Policía Boliviana en Oruro; pero, por cuestiones familiares se vio obligado a renunciar y volver a su terruño para trabajar en la minería, -en el alto socavón de Cóndor Iquiña ubicado a 4.650 metros de altura cerca de Villa Poopó-; labor que realizaría durante 15 años.
Pero la música lo perseguía y es así como, a invitación de los amigos, en 1962 comenzó a ofrecer retretas en la plaza principal de su pueblo, interpretando huayños, bailecitos, cuecas y otros. De esta manera es como Sinforiano Gonzales, casado y con hijos, se estableció en Villa Poopó.
los primeros contratos
Esas improvisadas presentaciones motivaron a Gonzales para practicar intensamente y perfeccionar sus ritmos. Ya con la experiencia en ejecuciones musicales recién comenzó a aceptar peticiones para animar fiestas familiares, de gente que venía a requerirlo incluso de las comunidades vecinas.
Un día llegaron a buscarlo desde Huanuni para contratarlo; el músico aceptó el desafío. Así comenzaron una serie de solicitudes que llevarían a don Sinforiano a dedicarse a su pasión en cuerpo y alma.
Las continuas presentaciones motivaron la conformación de la primera banda. Es así como el cuatro de enero de 1964, durante las celebraciones de Año Nuevo, en veneración al Niño Jesús, se bautizó a la banda para dejar de ser solo un grupo de amigos que se reunían los domingos para tocar algunas piezas.
Luego de meditar un tiempo Gonzales adoptó el nombre más lógico para quienes le debían todo a su tierra natal... “Poopó, Provincial Poopó”.
El acto de inauguración se celebró frente a las autoridades de Poopó (alcalde y corregidor), se reconocieron y celebraron la fundación de la banda, posesionando los 10 integrantes al señor Sinforiano Gonzales Benito como director de la misma.
potencia en bandas
En 1980 la familia Gonzales se muda a la ciudad de Oruro y la banda comienza a perfilarse a nivel nacional.
En este periodo la banda comienza a grabar con las bandas Pagador, 10 de febrero, Alianza e Imperial y con los sellos discográficos más reconocidos como Discolandia, Heriba, Lauro, Cóndor, Chacaltaya, Andino y Lira.
El primer viaje que realiza la banda Poopó fuera de las fronteras nacionales se produce en 1979 cuando participan en la fiesta de la Candelaria en Puno, Perú, donde obtienen el primer premio otorgado por la Federación Folclórica de esa ciudad, por su excelente interpretación. A partir de allí tienen invitaciones para participar en festivales internacionales como el Festival Iberoamericano en Bogotá, luego a Córdoba - Argentina, también a Brasil.
Luego de esa experiencia y en justicia a los logros obtenidos deciden cambiar su nombre por Banda Internacional Espectacular Poopó.
A partir de 1990 la banda realiza varios viajes al extranjero, donde tienen la suerte de llegar a Europa, España, Italia y a partir de ese momento se denomina “intercontinental”.
En el periodo comprendido entre 2001 y 2011, la banda realizó viajes a Lima, Perú; a la fiesta Charrúa de Buenos Aires, Argentina; a Iquique y Arica en Chile y fue invitada por primera vez al Festival Boliviano en Virginia, Estados Unidos de Norteamérica, ocasión en la que también visitaron las ciudades de Los Ángeles, Nueva York, Miami, Chicago, Houston, e incluso llegaron hasta el Canadá.
Desde entonces, las participaciones de la banda en eventos como la fiesta Charrúa en la Argentina y el festival boliviano en los Estados Unidos se repiten casi anualmente.
heredero
A la muerte de Sinforiano Gonzales, su hijo Abel asume las riendas de la banda. Un sitial que supo ganarse a los 12 años, cuando su tenacidad de músico le valió un puesto.
Desde entonces su importancia crecería hasta convertirse en una pieza fundamental. Y es que su talento musical, así como su innegable olfato para aprovechar oportunidades, harían de su aporte un elemento trascendental en el éxito de la banda.
Y es precisamente él quien diseñó el actual traje, saco rojo, pantalón y sombrero marfil. Este año la banda dejó de lado el sombrero para adoptar el casco de un minero.
El deseo de un músico es regalar su arte a millones de personas, enriqueciendo con su presencia las fiestas más importantes y llevando la música boliviana a través del mundo. Esto hace que la Banda Intercontinental Poopó sea un referente indiscutible de la cultura popular y de la historia del país.
La banda cuenta con un sitio web donde se pueda tomar contacto, con ellos: www.bandapoopo.org.
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