El Domingo de Carnaval o Domingo de Corso, manifestación que varía en contenido y no por la forma, con el día principal de estas celebraciones, que es el Sábado de Peregrinación en honor a la Virgen del Socavón, hoy se celebra para desbordar las emociones de los danzarines, que ayer cumplieron con su devoción.
El tinte de este Domingo de Carnaval es más informal, pero sin desvirtuar el contenido de la entrada folklórica devocional, pues los danzarines ingresan en su mayoría sin máscaras, mientras un día antes sólo se podían sacar la careta después de ingresar postrados al Santuario del Socavón.
Durante todo el día, las puertas del Santuario de Nuestra Señora del Socavón, se mantienen abiertas en los horarios habituales de misa, los integrantes de los conjuntos folklóricos ya no hacen su ingreso, demostrando el respeto que tienen a la imagen, porque reconocen que el domingo es para dar rienda suelta a los impulsos, ingiriendo algunas bebidas alcohólicas.
Por otro lado, se puede advertir en las vestimentas de los danzarines que son adornadas con serpentinas, globos y mixtura, que mezclados con el desborde de bebidas alcohólicas y alegría del público se estructura un ambiente de fiesta total, sin inhibición alguna.
Esta celebración es llamada también la fiesta del dios "Momo", que según la mitología griega personifica al sarcasmo y la locura, es por eso que desde 1974 presentan a la "Diablura Chilena Sogalbe", haciendo referencia irónicamente al hurto cultural que sufrimos de parte de nuestros vecinos, haciendo suya una danza de la Capital del Folklore de Bolivia.
Oruro, de esta manera, se integra al Carnaval, no con bases devocionales, esta fiesta a nivel mundial tiene su origen en las celebraciones paganas que se realizaban hace más de 5.000 años en Sumeria y Egipto y en las saturnales del Imperio Romano, que veneraban al dios Saturno, señor de la cosecha.
En realidad eran cultos de purificación, celebrados en febrero y que daban cuenta del pasaje de un año a otro en el que se producía la renovación del cosmos, es así que en esos festejos, los romanos se entregaban a los designios de Momo.
Con el paso del tiempo, en la Edad Media, era costumbre que en las llamadas "fiestas de la locura" la gente gastara bromas en lugares públicos oculta detrás de un disfraz, por encontrarse en pleno oscurantismo, la Iglesia Católica trató de impedir estas celebraciones, pero sin el resultado deseado.
De esta forma, los "carnavales" fueron incorporados al calendario cristiano y concebidos como un período de excesos permitidos antes de la abstinencia de Cuaresma.
Estas costumbres se difundieron desde Roma hacia Europa y más tarde llegaron a América y, por ende a nuestra tierra, de la mano de los conquistadores, reflejando un proceso de transculturización.
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