Solamente 24 de los 48 conjuntos programados y los alrededor de diez grupos invitados pudieron completar el recorrido de la Entrada del Carnaval de Oruro, pues cuando la vigésimo quinta avanzaba por la avenida 6 de Agosto, se produjo la tragedia, que se produjo en la esquina de esa vía con la calle Cochabamba.
El lujo y el boato fueron las características de la entrada, que volvía a demostrar la razón por la que fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco) como "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad".
Como en pocas oportunidades previas, la organización era impecable. La actividad comenzó con puntualidad, con el paso de las autoridades departamentales y locales, así como los dirigentes de la Asociación de Conjuntos Folclóricos de Oruro (ACFO).
No se observaban los habituales "baches" o espacios muy largos entre uno y otro conjunto folclórico, ante el aplauso de una multitud apostada a lo largo del recorrido de la fiesta.
Se calcula que alrededor de medio millón de personas llegó a la ciudad de Oruro, que cuenta con más de 200 mil habitantes.
El éxito económico y social estaba asegurado, pero el infortunio se ensañó con la gran fiesta de Oruro y del occidente del país, cuando se desplomó una pasarela y causó la muerte de cuatro personas y dejó heridas a otras 60, cinco de las cuales se encuentran en estado grave.
La pasarela en cuestión, según los folcloristas, fue habilitada por la Alcaldía Municipal de la ciudad de Oruro y, se presume, que no resistió el peso de los espectadores que se ubicaron en ese paso peatonal.
Hasta el cierre de esta edición, no se había producido un pronunciamiento oficial de autoridades ediles, aunque éstas se encontraban en los centros médidos públicos y privados para prestar algún tipo de ayuda que los heridos pudiesen necesitar.
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