El Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, tiene una diversidad de matices, que ni el propio orureño puede llegar a comprender, debido a que poco a poco se están perdiendo algunas tradiciones que antes eran de la aceptación de la población.
El primer factor, que el Carnaval de Oruro, no es un Carnaval de diversión, sino que es el culto a la Virgen del Socavón, mediante la peregrinación que es la danza, es decir, que el peregrinar no es el caminar, sino la danza y el baile, por ello, se hace un sacrificio de cuatro kilómetros para llegar a los pies de la Patrona de los orureños, esencia del Carnaval de Oruro.
A este hecho se suma la situación de simbiosis, es decir, la mezcla entre lo religioso, fe a la Virgen del Socavón, y lo pagano, culto a las wacas (lugares sagrados para pedir prosperidad y riqueza).
En este caso, las wacas, están representadas por los sitios pétreos, cuyas cuatro representaciones simbólicas son parte de la mitología del Carnaval de Oruro, como el sapo, la víbora, el lagarto y las hormigas, que según el relato fueron enviadas por el semidios Huari para someter al pueblo Uru, sin embargo, apareció una ñusta conocida hoy como la Virgen del Socavón para salvar a los urus y convertir a los monstruos en piedra y arena.
Esos lugares que fueron convertidos en sitios pétreos, a partir del miércoles de Ceniza son visitados por los creyentes con la finalidad de pedir con mucha fe, prosperidad, principalmente económica. En esos sitios se realizan una serie de rituales, desde la ch’alla y la t’ikancha hasta ofrendas consistentes en el colocado de mesas blancas para la Pachamama o Madre Tierra.
Otra waca muy visitada en la época del Carnaval de Oruro, es el cóndor que está en la zona Agua de Castilla. Este sitio junto a los otros son parte de los encantos de nuestra tierra, que deben ser valorados principalmente por los orureños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario