Como pocas veces ocurre, la Avenida Cívica "Sanjinés Vincenti" fue convertida la noche del sábado reciente en un verdadero "infierno", por la Diablada Artística Urus, que realizó una demostración coreográfica con motivo de sus 54 años de vida que celebró el 30 de marzo.
Era increíble observar cómo el fuego del infierno se había trasladado a la planicie de la mencionada avenida; cada uno de los bloques del conjunto folklórico desde los infantiles hasta los diablos, expusieron su arte en la ejecución de la danza de la diablada, en la que primó el fuego que salía de las caretas de luciferes y satanaces y la pirotecnia que se utilizó para la ocasión. Había desde cascadas de fuego, de donde aparecieron los personajes como si salieran del averno, hasta las bengalas que eran activadas por los propios danzarines.
Diablos, diablesas, chinas supay, luciferes, satanaces, chinas doble cara, osos, taicas, ñaupas y la muerte mostraron un espectáculo sin igual, con coreografía que fue practicada con dos semanas de anticipación. Cada uno de esos bloques pasó dos veces consecutivas por el escenario en medio de aplausos y la alegría de la gente que llenó las graderías del lugar.
Posteriormente, los danzarines se entremezclaron entre ellos para ingresar juntos hasta la parte media de la Avenida Cívica, una vez allí rindieron su homenaje de fe a la Virgen del Socavón, con una plegaria que fue interpretada por la Banda San José y la Banda Bolívar. Asimismo, saludaron al público que respondió con un efusivo aplauso.
Luego, todo el mundo sacó sus pañuelos para bailar la cueca "Adiós Oruro del Alma" que fue entonada con nostalgia por muchas personas, el ambiente que era caliente a esa hora de la noche, pese a la baja temperatura propia del altiplano, los diablos del buzo celeste se despidieron de su público con "Oh mi Oruro", cantada a voz en cuello. De esa manera fueron despedidos con algarabía por los asistentes tras cumplir con el pueblo de Oruro, un anhelado deseo de festejar los 54 años de vida, en la tierra que los viera nacer.
RECORRIDO
Minutos antes a la demostración coreográfica, los danzarines de la Diablada Artística Urus, realizaron un recorrido por las principales calles de la ciudad, donde estuvieron presentes miles de personas que a lo largo de la ruta establecida Pagador, Adolfo Mier y Avenida Cívica, alentaron y se alegraron con la música y danza de la diablada.
Simultáneamente, en la Avenida Cívica se presentó el relato de la diablada, protagonizada por los mismos danzarines de la Urus, pero también hicieron protagonismo los soldados, quienes en cuerdas instaladas por el lugar hicieron su descenso, en medio de la admiración del público.
Se cobró una entrada de cinco bolivianos, con la finalidad recaudar fondos para favorecer a las unidades operativas de los premilitares como de los conscriptos que están en las fronteras del departamento.
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