Si uno pasea en esta época por la tradicional calle La Paz en la ciudad de Oruro, se encontrará con la imagen de familias íntegras, trabajando afanosamente para terminar los trajes que dan el colorido a la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, el Carnaval de Oruro. Generaciones de bordadores aún mantienen la esencia de esta festividad.
Entre bastidores y con una habilidad inigualable con el hilo y aguja, cientos de talentosos bordadores visten a los devotos de la Virgen del Socavón, denominando como danzas livianas a los tinkus, llamerada, wititis entre otras las cuales son más maleables, por el tipo de material que se aplica para lograr diseños llamativos, invirtiendo poco tiempo.
Pero para realizar un traje de moreno o diablo se utilizan elementos más llamativos y por eso el traje resulta costoso, algunos llegan alrededor de 1.500 a 2.500 bolivianos y en alquiler llegan a costar entre 400 a 700 bolivianos dependiendo si es nuevo o de segunda mano.
En plena esquina de la calle La Paz y Aroma, se encuentra el Taller de Bordados "El Folklore", donde su propietario que forma parte de la tercera generación de bordadores, Mario Yave Fuentes, se encuentra en plena faena, para terminar algunos pollerines y pecheras para las diabladas, accedió a conversar con LA PATRIA.
"Como hay 18 especialidades, debemos ser diestros, entonces gracias a Dios tenemos esa habilidad de poder hacer los trajes, los disfraces que lucen en el Carnaval, y sacamos nuevos diseños, creaciones propias de Oruro, pero obviamente que trabajamos para las provincias, por lo que nuestra labor es incansable", resaltó.
Don Mario cuenta cómo desde sus abuelos cumplían este trabajo y los cambios que sufrieron los trajes en el transcurrir del tiempo, particularmente de los morenos que antes, por los adornos, podían obtener un peso admirable, donde también el trabajo era más dedicado.
"Antes, un traje de moreno, casi un quintal era el peso total, es por eso que el danzarín, siempre se tomaba algunas copas, para llegar al Socavón, ante la Virgen totalmente sano, pero claro que hoy en día es más simplificado el trabajo, por el hecho mismo que el material está muy caro, si tendríamos que hacer un traje de antes, nadie podría pagarlo", reconoce.
Pero algo que no ha cambiado son las costumbres para firmar el contrato, puesto que los danzarines llegan hasta el taller del bordador con algunas cervezas, como pidiendo que el trabajo que desempeñe sea de calidad, además que al recoger el traje, en forma de agradecimiento también brindan con la tradicional bebida.
"Para hacer un contrato, antes te traían dos botellas de cerveza para hacerte el contrato de un traje, y para recoger lo propio, cuatro botellitas o una caja, estas costumbres se mantienen", describió Yave.
Este fin de semana en la tradicional calle La Paz, se desarrollará la ya tradicional exposición de trajes folklóricos, donde los bordadores demostrarán su talento, adelantando el colorido que se verá en el Carnaval de Oruro 2015.
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