No existen palabras para calificar lo vivido ayer en la Avenida Cívica "Sanjinés Vincenti", cuando miles de músicos interpretaron la música del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Algunos ciudadanos simplemente dijeron: "¡Espectacular!" con la voz entrecortada por la emoción.
Este gran concierto, por la dimensión que tiene, solo se observa una vez al año en la ciudad de Oruro, Capital del Folklore de Bolivia y se realiza un día antes del Último Convite. Es una de las actividades más esperadas por propios y extraños, con matices distintos por gestión.
El escenario estaba teñido con los colores de la Enseña Nacional, el Rojo, el Amarillo y el Verde, que sirvió también para sentar soberanía de la música y el Carnaval de Oruro.
Por otro lado, estaban vestidos de gala los maestros Cecilio Colque Copa, Max Choqueticlla y Gumercindo Gabriel, quienes con batuta en mano dirigieron a sus colegas con la destreza de un verdadero director.
INGRESO
Eran las 09:55 horas cuando llegó a la Avenida Cívica, el Presidente Evo Morales, quien era el invitado especial de la cita. Ingresó acompañado de las melodías de la marcha presidencial interpretada por los músicos orureños.
Posteriormente, fue el turno de la Iglesia Católica, con el Obispo de la Diócesis Cristóbal Biálasik y el padre Tomás Valencia, quienes efectuaron un breve oficio religioso y bendijeron a todos los presentes. En medio de esa ceremonia, las melodías de una trompeta expresaron el homenaje a los músicos que fallecieron el 2014, durante la entrada del Sábado de Peregrinación, tras la caída de una de las pasarelas.
Tras la bendición, apareció de la parte Sur de la avenida la imagen de la Virgen del Socavón, que fue recibida con pañuelos blancos en algunos casos y la reverencia del público que se juntó con la plegaria "A vuestros pies Madre".
Una vez acomodada en el sitial que le asignaron comenzó el concierto esperado, con la entonación del Himno Nacional y las palabras del presidente de la Federación Departamental de Bandas y Músicos Profesionales de Oruro (Fedbampo), Juan Boris Villanueva quien en la parte más resaltante afirmó que serán defensores de la música boliviana y del Carnaval de Oruro.
EL CONCIERTO
Tras esas palabras, el ambiente se fue "calentando" de a poco con la entonación del Himno a Oruro. Los orureños se identificaron con los colores de su bandera, el Rojo Carmesí que ondeaba en el firmamento, escoltada por las banderas de San José, equipo de fútbol que participa de la Liga Profesional del Fútbol Boliviano (LPFB).
El sentimiento patrio seguiría con la entonación de un poupurri de himnos departamentales. Cada boliviano apostado en el espectáculo, vivió una serie de sentimientos encontrados, cuando escucharon los arpegios del himno que los identificaba de acuerdo a su región.
Sería simplemente el preámbulo de más emociones. Inmediatamente, "saltaron" a escena los músicos de Kalamarka, en medio de aplausos de los asistentes.
Los tambores comenzaron a sonar cuando se hizo presente en los instrumentos nativos y de metal, la canción "Pastorcita"; a ella se sumaron "A Miami", "Aguas claras" y "Cuando florezca el chuño", pero no quisieron irse sin llegar al sentimiento más profundo, como representa el de una madre, con la canción "Mamita". El público los ovacionó y para retribuir ese cariño se despidieron con "Malacun wawapa".
Fue el instante preciso para despedir también la imagen de la Virgen del Socavón, que volvió con todos los honores a su Santuario.
FIESTA
La fiesta seguía, esta vez solo con los miles de músicos, quienes desde el averno sacaron a los diablos imaginariamente, con sus melodías dedicadas a la Diablada Artística Urus, a la Diablada Ferroviaria y a la Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro.
La gente bailaba en sus puestos, otros bolivianos que llegaron de muy lejos, lloraban de la conmoción que embargó sus corazones, ya que no podían creer lo que estaban viviendo, un reencuentro con la tierra que los viera nacer.
Se hizo un reconocimiento al Presidente Evo Morales por el apoyo que año que pasa brinda a los músicos, le entregaron una estatuilla que representa al músico orureño.
Luego fue el momento para la kullawada, la llamerada y los jalkas junto al grupo "Yara 100%" con las canciones "Severina", "Paceñita" y "Hondas al viento", acompañados por los instrumentos de metal. Ramiro Alcócer vocalista del grupo tenía hecho un "nudo" en la garganta por vivir tan magna experiencia.
Regalaron dos canciones más a los asistentes que los despidieron con mucho cariño.
Ese respiro sirvió para agarrar fuerza, porque después el público sería hipnotizado con las morenadas que se conjuncionaban unas tras otras, comenzando con la "Aromeñita", "Ojo cerrado", "Moreno bandido", "Soy de Mejillones" y "El retorno", la mayoría de ellas interpretadas en la voz por el grupo Llajtaymanta.
En las graderías se podía observar cómo entre algunos asistentes se abrazaban y sus lágrimas caían, cual cascadas de agua interminables. Otros bailaban a su estilo y explotaban en júbilo considerando que lo mejor del Carnaval son las morenadas. El festejo era mayor, a ese panorama se mezcló la pirotecnia preparada para la ocasión, convirtiendo el concierto en un ambiente de ensueño.
Tras la desbordante emoción ingresó el cuarteto Norte Potosí que interpretó el huayño "El tren" al que siguió "Viva, viva mi San José". Antes que muera el momento de conmoción se cantó a voz en cuello la cueca "Viva mi Patria Bolivia".
El concierto se cerró con la Marcha Naval y se despidió al Presidente Morales con la marcha presidencial.
Una vez más los músicos ratificaron con su participación que Oruro es la cuna del arte y de la música folklórica boliviana. Dejó en el éxtasis a sus seguidores, que aplaudió por la magnífica presentación del concierto.
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