Si bien en la entrada del Sábado de Peregrinación se denominan a las agrupaciones de danzantes como conjuntos folklóricos, en Tentaciones se nombran como comparsas. Las bandas de música cambian los ritmos tradicionales de diabladas, morenadas, caporales, entre muchos otros, por las comparsas que son interpretadas al compás de 2/8.
Los danzantes lucen en sus cuerpos peculiares vestimentas donde predominan por lo general las polleras de las señoras, que son lucidas con encantador coqueteo cuando dan vueltas durante el baile en su camino del local de fiestas hacia el centro de reunión. En la zona Sur se ubican por el sector de Itos, pero con predominio siempre en el sector de Agua de Castilla. Mientras que en el sector Este, el centro de reunión por lo general es el Tagarete.
Los varones lucen trajes con telas importadas en algunos casos, muy bien confeccionados. Así como sombreros borsalinos y no podía faltar como complemento de la indumentaria las chuspas colgadas de un lado y de otro, y la serpentina cuyos colores son de la comparsa.
Son cuatro días locos de festejo que se inician el sábado de tentación con las luminarias o vísperas. El domingo por la mañana se realizan misas de acción de gracias en honor a la Virgen del Socavón en el Santuario, ofrecidas por los cabecillas o pasantes.
Durante las primeras horas de la tarde del mismo día, las comparsas hacen su recorrido por las distintas zonas de la ciudad con una coreografía casi única, el pequeño trote, las vueltas y las manos que van hacia arriba. Una vez en sus sitios de concentración bailan distintos ritmos interpretados por las bandas de música que también lucen uniformidad en sus trajes.
Al ingreso del sol, vuelven bailando a sus locales de fiesta para luego seguir el festejo hasta las primeras horas del día siguiente con grupos nacionales y extranjeros. La celebración terminará el miércoles cuando se elija a un nuevo cabecilla de la comparsa y aliste la fiesta en devoción a la Virgen del Socavón.
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