La tradición del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, no solo está circunscrita a la entrada del Sábado de Peregrinación, sino que es toda una preparación de amor, fe a la Virgen del Socavón y tradiciones que van más allá de un simple hecho, situación que es incluso, copiada por otros departamentos de Bolivia y de países aledaños como Chile y Perú, sin saber su verdadero significado.
El convite es el acto de iniciación para bailar en el Carnaval de Oruro, se realiza el primer domingo de Noviembre después de la fiesta de Todos Santos y se llega a denominar Primer Convite. Es la promesa de estar presente por tres años consecutivos en honor a la Virgen Morena del Socavón. Mientras que el Último Convite se efectúa seis días antes del Sábado de la entrada de Peregrinación.
Es tan solo una parte del hecho simbólico, la otra parte del Convite, viene del verbo convidar, compartir luego de haber hecho la promesa ante la Patrona de los orureños.
Aquel hecho se refleja por una práctica de más de 100 años que la realiza la Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro, aún latente con la Morenada Zona Norte y los Incas "Hijos del sol". El convite consiste en compartir bebidas como la chicha o la cerveza que ofrecen los pasantes de la diablada, luego de su presencia en el Santuario de la Virgen del Socavón, además de un plato de comida.
Se instalan a unas tres cuadras, en las calles Cochabamba y Linares para que después del baile entre danzarines compartan unos momentos de amistad. Pero ahí no termina el ritual. Tras la diablada en otra calle cercana, los Incas se acomodan en la Linares y Ayacucho, también para compartir el momento tras el baile. Ahí es cuando aparece a ritmo lento los morenos de la Zona Norte, quienes danzando pasan por el punto de los Incas, quienes comparten esos licores con sus similares danzantes.
Una cuadra más adelante son esperados por los diablos de la Auténtica y de la misma manera convidan esos elementos en símbolo de amistad y fraternidad, en medio de un caluroso: ¡Salud!, además de apretones de mano y abrazos.
La morenada llega a su punto de descanso en las calles Cochabamba y Petot, una vez allí, son los diablos los que se retiran del lugar donde ocupaban y mientras lo hacen bailando, ahora son los morenos que en retribución por el gesto anterior, devuelven gentilezas y se despiden por el cariño demostrado. Esta situación pasa también entre los componentes de los diferentes conjuntos folklóricos, pero a su manera, que participan en el Carnaval de Oruro, el más gran del mundo.
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