A vuestros pies Virgencita del Socavón

La espera para muchos termina hoy cuando miles de devotos danzantes nuevamente se pondrán sus mejores trajes y llegarán a los pies de Nuestra Señora del Socavón en una muestra de fe, que es la esencia del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, de esta manera se confirmará una vez más la grandiosidad, la autenticidad y el hecho de ser la única manifestación de estas características.

Son miles de devotos que al ritmo de las 18 especialidades de danza, demuestran su alegría en los 52 grupos aglutinados en la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro (ACFO), que demostrarán con su alegría el por qué la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) entregó el título de Obra Maestra en 2001.

Pero esta manifestación no se logra únicamente con los devotos danzantes o los músicos que ponen el ritmo al Carnaval de Oruro, puesto que detrás de ellos, están los bordadores, careteros, boteros, artesanos en su conjunto que muestran sus habilidades, en hermosas creaciones, que visten a aquellos que cumplen su peregrinación.

Esta expresión folklórica devocional es causante de la visita de miles de turistas, que llegan desde diferentes regiones del país y del mundo, porque la fastuosidad del Carnaval de Oruro, ya cruzó fronteras y es reconocida como una de las mejores festividades del planeta, por ello se espera a por lo menos 400 mil visitantes durante estos días de fiesta.

El Sábado de Peregrinación es fundamentalmente un caminar hacia la Mamita del Socavón, que según registros históricos inició en 1789, época en la que los mineros prometieron danzar por la K´achamosa y se inició esta especie de "periplo" para los nacidos en esta sagrada tierra.

Luego de esta singular simbiosis, se desarrolla el Domingo de Carnaval, en el que los danzarines aún demuestran su vigor, a pesar de que nada más horas antes transcurrieron por cerca de cuatro kilómetros, este día después del Sábado de Peregrinación es la demostración del libre albedrío en una desenfrenada alegría.