La Avenida Cívica fue cerrada por militares de la Segunda División de Ejército, para que las personas, al pagar un precio módico, puedan acomodarse en el espacio popular y disfrutar del espectáculo pocas horas después.
En las diferentes arterias de la ciudad, se observaban a jóvenes vestidos con sus galas del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, al caer la noche, dirigiéndose al Parque de la Unión Nacional, desde donde partieron cerca de las 19:00 horas rumbo a su presentación en la Avenida Cívica, llenando de mucha alegría por donde iluminaban con sus coreografías.
Las personas no dejaban de gritar "fuego, fuego, fuego", por donde pasaban los danzarines, para que aquellos "botafuegos" puedan deleitar con esas imponentes mascaras que se hicieron famosas a nivel mundial.
No pudo faltar la sensualidad de la mujer orureña, que hacía honor a su personaje seductor que debe atraer a aquellas almas perdidas, dejando enamorados a muchos de los ocasionales espectadores.
Ya en la Avenida Cívica, no quedó duda sobre la calidad de espectáculo que siempre presentan, con un importante despliegue de pirotecnia, que hacía el deleite del público.
Otra de las características de este grupo alegre de diablos danzantes, precisamente fue la emoción que se presentan en cualquier espacio, y qué mayor felicidad que festejar los 57 años de una institución que defiende esta danza como 100% boliviana, demostrando que es Oruro la cuna de este ícono nacional, rechazando todo tipo de burdas imitaciones.
Desde su fundación, un 30 de marzo de 1960, a iniciativa de jóvenes, quienes iniciaron esta linda travesía siempre con la innovación como bandera, la Diablada Artística Urus, nunca dejó de sorprender en cada una de sus presentaciones, siempre con la bendición de la Virgen del Socavón.
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