Meses previos a la llegada del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, es tradición en nuestro departamento visitar el Calvario, actividad que se realiza todos los domingos en inmediaciones del Santuario de la Virgen del Socavón.
Para esta feria se reúnen comerciantes que ofrecen toda variedad de productos característicos de la misma. Entre ellos, es normal ver rifas de comestibles y la venta de miniaturas que se realiza desde hace muchos años.
Tiempo atrás, en el cerro de San Miguel se realizaba en Semana Santa el Calvario para después terminar con la venta de buñuelos. Sin embargo, puesto que este lugar era peligroso, la feria bajó a lo que hoy en día es el sector frente al Santuario de la Virgen del Socavón, donde se acostumbraba a realizar ferias de miniaturas para las fiestas patronales.
Este lugar se conoce como Calvario, porque en antaño "se bajaba esta actividad que se hacía en la punta del cerro a la parte baja del canchón", según mencionó el historiador Maurice Cazorla.
El Calvario es como cualquier otra fiesta patronal, "como el calvario de la Virgen del Carmen en el que cada 16 de Julio los niños preparan casitas en miniatura de adobe y la gente acostumbra a comprar su hogar y es la creencia que en el año van a tener esa casa", recalcó Cazorla.
Dicha actividad está íntimamente relacionada con la fe, puesto que se relaciona con comprar miniaturas que se pretende se conviertan en realidad posteriormente. Por ello cada domingo la población orureña y también turistas, después de la misa en el Santuario recorren la feria del Calvario para encontrar todo tipo de miniaturas y adornos. Muchos de ellos son alusivos al Carnaval de Oruro. Sin embargo, con el paso de los años, los comerciantes también empezaron a ofrecer productos exclusivos de estas ferias como piezas hechas de yeso en diferentes modelos.
"Para nosotros ya es una tradición venir aquí cada año, siempre nos llevamos algo de las cosas que venden, también jugamos la rifa para sacar alguna tortita", comentó Raquel Frías, una vecina de la ciudad que paseaba por el Calvario.
Muy pocos conocen la historia del lugar, empero cada año cientos de visitantes ven como un atractivo turístico, este evento se realiza desde el primer convite y concluye en las fechas del fastuoso Carnaval orureño.
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