La concentración de las tropas de La Ferro fue en el Parque de la Unión Nacional, donde los diablos, diablezas, china supay, osos, luciferes y otros personajes, empezaron a reunirse iniciando la noche del sábado, para luego al ritmo de las bandas cumplir con su recorrido, contagiando su algarabía a todos los espectadores que vieron su paso por las arterias de la ciudad.
Mientras tanto, en la Avenida Cívica, los preparativos avanzaban, un escenario estaba armado, para que el preámbulo de la llegada de los diablos fuera la actuación del grupo Sumajta en Bolivia, cuyos integrantes compartieron con el público sus mejores melodías, haciendo bailar a los asistentes con los ritmos del folklore boliviano.
La luminotecnia se apoderó de la explanada, cuando se anunciaba el arribo de todo el conjunto de la Diablada Ferroviaria, el retumbar de las bandas acompañó el paso ceremonial de la danza ícono del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
El paso de las primeras tropas fue al ritmo de los bronces, pero cuando llegaron los diablos, las bandas callaron y el canto del grupo ícono de Oruro, Llajtaymanta brindó el marco adecuado para un espectáculo de primer nivel.
La Diablada Ferroviaria fue fundada el 6 de octubre de 1956 por trabajadores del Sindicato Ferroviario de Oruro, quienes desde entonces participan en el Carnaval de Oruro, en devoción a la Virgen del Socavón, luciendo los tradicionales buzos rojos.
En un inicio, la institución acogía exclusivamente a trabajadores del sector ferroviario y a los hijos de estos, sin embargo, a través del tiempo la membresía se fue diversificando con la adhesión de personas particulares. En la actualidad este conjunto cuenta con 630 danzarines.
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